Lynch cambió para siempre la televisión con su serie “de misterio” (de muchos misterios, en realidad, más de uno sin solución) Twin Peaks. La devoción de los fans, la conversación de redes sociales antes de que existieran, el deseo de saber qué pasaría en el episodio siguiente, las especulaciones de millones de fans: todo empezó ahí, muchísimo antes de que Lost, Breaking Bad o Game of Thrones se apoderaron del universo de las series.